Una simple cadena de inferencias apunta a un personaje de altísima capacidad intelectual pero abducido por el poder y carente de empatía como cerebro de un asunto tan turbio como el caso Faisán (un chivatazo que evitó la dislocación de los extorsionadores de ETA), estigma que lucirán eternamente personajes como Rubalcaba,
paradigma del calculador, Baltasar Garzón, exjuez y reconocido golfarai, y, claro está, Marlaska, dechado de
ambigüedades.
Pues a un tipo de tan dudosa hidalguía como Rubalcaba, el PP le ha homenajeado como un héroe.
Y usted se pregunta, ¿cómo he podido votar al PP?