Si los templados no usan su inteligencia, los destemplados harán cualquier barbaridad.
Lo primera que recuerdo es la matanza de cristianos por culparles del incendio de la ciudad (al emperador le importaba poco los ciudadanos); después, fue notable la matanza de mujeres acusadas de brujas (el odio de los misóginos pudo con los argumentos de las personas sensatas -lo de Suiza fue tal, que casi se quedaron sin hembras-); hace poco, un desquiciado, en el país con las mejores universidades del momento y las mentes más privilegiadas del mundo, se dedicaron a exterminar otros seres humanos con la excusa de su raza o religión.
Así, que, para que la templanza nos llegue a todos, desde los más listos y los más tontos, recordemos que los desesperados de la vida serán la vanguardia del MAL. Y estamos ahora mismo, en un continuo difícil de soportar, batalla tras batalla, en una guerra que pretende enfrentarnos unos con otros: ¡No lo consintamos! El ‘pasaporte covi’ es el primer intento serio de dividirnos.