LA PROFESIÓN MÁS ARRIESGADA DEL MUNDO
(En tiempos de COVID)
Pues sí, quién me lo iba a decir, no estoy hablando de cuerpos especiales para desactivar bombas, ni de rescatadores de alta montaña, nada de eso, soy ODONTÓLOGA.
Trabajo presencialmente (la atención sanitaria online se me antoja complicada) a un palmo de la boca abierta de decenas de pacientes SIN MASCARILLAS (!), cada día, de lunes a viernes, creando aerosoles a diestro y siniestro… y aquí estoy, casi dos años después de la aparición del mortífero y contagiosísimo VIRUS, sana y salva; y así decenas de compañeros que conozco. (Y no lo digo yo, aquí les dejo el enlace a la noticia: https://hipertextual.com/2020/10/dentistas-covid-19).
¿Será que somos súper inmunes o súper individuos los dentistas?
¿O será que poseemos una valentía sin parangón que nos hace mirar al “bicho” de frente y a la cara? (a propósito de esto, creo yo que un sanitario no debería temer a los virus no?, es como si un bombero le temiera al fuego, pero esto es otro tema…)
A veces pienso si el hecho de ser la gran mayoría de nosotros autónomos nos dará un plus de inmunidad y valentía (los autónomos enfermamos poco, nadie nos paga si no trabajamos) ¡pero no! qué tonterías, no puede ser! Como decía la canción: “Qué cosas se me ocurren, todo esto es tan pueril…”.
Firmado:
Una (aguerrida) odontóloga cualquiera.

