Tras décadas de una disminución constante, el número de personas que padecen hambre (medido por la prevalencia de desnutrición) comenzó a aumentar lentamente de nuevo en 2015. Las estimaciones actuales indican que cerca de 690 millones de personas en el mundo padecen hambre, es decir, el 8,9 por ciento de la población mundial, lo que supone un aumento de unos 10 millones de personas en un año y de unos 60 millones en cinco años.

Trato de leer con la inocencia de un lector despreocupado, pero los que escriben estas cosas lo hacen como demagogos baratos (aunque los debe pagar muy bien ¿quién?). Hay lugares en el mundo donde las personas se mueren literalmente de hambre y aunque tratáramos de meterles la comida en la boca la cultura de esas gentes les llevaría a pegarnos un tiro porque no conocen otra cosa. Quiere decirse que, antes de preocuparse por erradicar el hambre hay que empezar por organizar un sistema sanitario y educar a sus usuarios a usarlo, mientras esto no se consiga será una expresión -como tantas otras- de buenistas bienintencionados o demagogos de tres al cuarto. Primero, higiene y cultura que haga perseverar la higiene, y hasta que eso no se consiga estaremos escuchando cantos de sirena… intersados.

El mundo no está bien encaminado para alcanzar el objetivo de hambre cero para 2030. Si continúan las tendencias recientes, el número de personas afectadas por el hambre superará los 840 millones de personas para 2030.

No, es verdad, no está bien encaminado, pero con propuestas insustanciales destinadas, no ha solucionar el problema real del hambre, sino a generar un estado de opinión basado en buenas intenciones irreales, todo será una exposición de demagogos que hablan para nescientes.

Con más de 250 millones de personas que podrían encontrarse al borde de la hambruna Disponible en inglés, es necesario actuar rápidamente para proporcionar alimentos y ayuda humanitaria a las regiones que corren más riesgos.

De este párrafo para abajo, todo es una secuencia de medias verdades que evitan hablar del verdadero obstáculo para llevar la prosperidad y el bienestar a la humanidad: una cultura basada en un conocimiento aceptable de la vida en el entorno en que toca vivir a cada cual. Todo lo que se dice a continuación son fullerías propia de gente malintentencionada.

Al mismo tiempo, es necesario llevar a cabo un cambio profundo en el sistema agroalimentario mundial si queremos alimentar a más de 820 millones de personas que padecen hambre y a los 2000 millones de personas más que vivirán en el mundo en 2050. El aumento de la productividad agrícola y la producción alimentaria sostenible son cruciales para ayudar a aliviar los riesgos del hambre.

re

  • Una de cada nueve personas en el mundo está subalimentada en la actualidad; esto es, alrededor de 815 millones de personas en el mundo.
  • La mayoría de las personas que sufren de hambre viven en los países en desarrollo, donde el 12.9 por ciento de la población se encuentra subalimentada.
  • Asia es el continente que tiene la mayor población de gente que sufre hambre – dos tercios del total. El porcentaje en Asia del Sur se ha reducido en los últimos años pero en el Asia Occidental el hambre se ha incrementado ligeramente.
  • Asia del Sur se enfrena a la mayor carga de población que sufre hambre, con 281 millones de personas subalimentadas. En el África subsahariana, las proyecciones del período 2014-2016 indican que el ratio de personas subalimentadas es casi del 23 por ciento.
  • La pobre nutrición causa cerca de la mitad (45 por ciento) de las muertes en los niños menores de 5 años – 3.1 mil niños cada año.
  • Uno de cuatro niños en el mundo sufren de retraso en el crecimiento. En los países en desarrollo, la proporción puede elevarse a uno de cada tres.
  • 66 millones de niños en edad escolar primaria asisten a clases con hambre en los países en desarrollo, 23 millones solo en África.

Seguridad alimentaria

  • El sector de la agricultura es el mayor empleador del mundo y proporciona medios de vida al 40% de la población mundial actual. Es la mayor fuente de ingresos y empleos para los hogares rurales pobres.
  • 500 millones de pequeñas granjas en todo el mundo, la mayoría aún con producción de secano, proporcionan hasta el 80 por ciento de los alimentos que se consumen en gran parte del mundo en desarrollo. Invertir en pequeños agricultores hombres y mujeres es una forma importante de aumentar la seguridad alimentaria y la nutrición para los más pobres, así como la producción de alimentos para los mercados locales y mundiales.
  • Desde el inicio de los años 1900, alrededor del 75 por ciento de la diversidad de cultivos ha desaparecido de los campos de los agricultores. Un mejor uso de la biodiversidad agrícola puede contribuir a dietas más nutritivas, mejorar formas de vida en las comunidades agrícolas y ayudar a que los sistemas agrícolas sean más resistentes y sostenibles.
  • Si las mujeres agricultoras tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, la cantidad de personas que padecerían de hambre en el mundo se reduciría hasta en 150 millones.
  • 4 mil millones de personas no tienen acceso a la electricidad en todo el mundo, la mayoría de las cuales vive en áreas rurales de los países en desarrollo. La pobreza energética en muchas regiones es una barrera fundamental para reducir el hambre y asegurar que el mundo pueda producir suficiente alimento para satisfacer la demanda futura.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *