También, la piedra angular del Estado se desencaja.
Nadie con la auctoritas suficiente y necesaria ha exigido a los que tienen imperium debates científicos, pero científicos de verdad, y procesos de seguimiento verdaderamente racionales y conclusiones de seguimiento periódicas.
Por respeto a mí mismo y consideración a los lectores capacitados no me extiendo en explicaciones porque el resto, los que no leen, ni quieren aprender, no me interesa en absoluto. Además, esos ‘otros’ no tendría inconveniente, en su ignorancia, aislar a los que no piensan ni actúan como ‘ellos’ y están dispuestos a llevar el ‘pasaporte’ pegado en la frente para demostrar… ¿Qué? ¿Qué les han tomado el pelo?
Y dicho lo dicho, digo: perdonemos, pero, por nuestro propio bien, no olvidemos y enseñemos a nuestros hijos y nietos que en la humanidad hay mucha gente sin ‘entrañas’, que no tienen otra empatía que su bolsillo, su sexo y las apariencias. Peligro, el que olvida está condenado a empezar eternamente.