“No es oro todo lo que reluce” es un adagio popular que invita a desconfiar de las apariencias y, en su lugar, valorar la sustancia de las personas y el mundo que nos rodea.
De acuerdo con el refrán, lo bueno como cualidad no se encuentra en el aspecto exterior, sino en la naturaleza de las cosas o en la sustancia de las personas. Por eso hay que tener una actitud atenta y vigilante, que sea capaz de percibir aquello que se esconde detrás de las apariencias, que no solo se refieren al aspecto físico sino también a las palabras aduladoras, discursos populistas y otros actos de comunicación.
El refrán utiliza la imagen del oro como metáfora del bien o de lo bueno, ya que es considerado un metal precioso y valioso al que se le atribuye, entre muchas otras cualidades, la cualidad del brillo.
Sin embargo, esta propiedad de brillar o relucir no es exclusiva del oro, sino que muchos metales de menor calidad y sin valor pueden tenerla.
Por tanto, de lo dicho anteriormente, se puede concluir que nos pueden vender chapa por oro, o de igual manera, que las personas desprevenidas, descuidadas y que no piensan adecuadamente, son engañadas por lo que ven y oyen.
Para tal fin, el sistema utiliza los recursos con los que han estado entrenando desde hace décadas a la población, los medios de comunicación, y que siempre, en cualquier círculo, ya sea familiar, amigos, una tertulia de un bar o un encuentro casual por la calle, han sido motivos de dimes y diretes e incluso se ha podido llegar al enfrentamiento. Ese entrenamiento solo tiene un fin, el de «divide y vencerás», y así, con una población dividida, completamente engañada y entregada, con un simple chasquido de dedos podrán conseguir lo que quieran. Es una población dormida, diezmada.
Pero, todo ese plan tiene un pequeño talón de Aquiles, el de las personas despiertas, aquellas que piensan, que no son nescientes, que brillan por su excelencia, que viven y que no pueden ser sometidos por el oro, porque para ellos la verdad es otra y están muy lejos de la necedad.
Gracias Frank, por tu artículo. “La mentira, que una vez fue un medio liberal de comunicación, se ha convertido hoy en una más entre las técnicas de la desvergüenza con cuya ayuda cada individuo extiende en torno a sí la frialdad a cuyo amparo puede prosperar. ― Theodor Adorno –
Un saludo afectuoso !!