El Bien y el Mal

Se me ocurre que las razones que justifican el deseo de conocer lo por venir son, en primer lugar, la adivinación o, dicho con otras palabras, descubrir lo oculto por medio de agüeros o sortilegios. En segundo lugar, la anticipación, que equivale a predecir qué va a pasar según indicios o sospechas. Después, en tercer lugar, se encuentra la previsión que, en resumen, es una técnica utilizada para dar valor a ciertas variables en momentos predeterminados. Finalmente, en cuarto lugar, esta la rectificación de una trayectoria hacia un futuro probable para que rote hacia otra deseable, mudando algunos de sus rasgos. De todas ellas, la que hace más al caso de la situación en la última ya que alguien o algo está invirtiendo esfuerzos multidisciplinares sin medida ni límite y, con ello y para ello, gastando e incluso despilfarrando cantidades ingentes de dinero para modificar la trayectoria de la sociedad occidental hacia un continuo de superación convivencial jamás antes logrado por comunidad humana nunca para llevarla, mediante un plan de rectificación hacia otro tipo de cultura basado en llevar a a la humanidad hacia la animalidad. Ese plan tiene una nombre: Agenda 2030 y los Planes de Desarrollo Sostenibles declarados en ella.

Y, de una forma u otra, las correcciones provocadas por la ‘2030’ ya, sin duda, harán que el futuro probable que con el tiempo necesario hubieran llevado a la humanidad cada vez más lejos de la animalidad y más y más cerca de la divinidad no seguirán el continuo evolutivo previsto y abrirá una, o más, sendas por la que discurrirán, al menos, tres grupos de humanos: unos que irán por el sendero que lleva al paraíso de los animales irracionales, que viven en un presente continuo hasta su muerte natural -los humanos: Homo sapiens-; otros que serán saetas lanzadas hacia la divinidad, que serán los seres-humanos -Homo sapiens-sapiens-; y, claro está, por último los humanos corrompidos por el poder y la riqueza que, en su conjunto, forman la manifestación real de Lucifer: sus sicarios.

Tú eliges el sendero que más te atraiga: el del Bien -los seres de la luz- o el del Mal, el de la oscuridad y la ausencia de empatía.

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