A menudo me he preguntado qué es la libertad y la responsabilidad personal que tenemos cada uno de nosotros cuando la ejercemos.
Hacer uso de esa libertad de forma correcta no es nada sencillo. Requiere una preparación y un esfuerzo intelectual que nos permitirá elegir de la manera más racional y acertada, la mejor opción de entre todas las que se nos ofrezcan en cualquiera de los ámbitos de nuestra vida.
Un ámbito importante de nuestra vida y que nos afecta directamente es la política. Las decisiones que tome un gobierno sobre cualquier materia, ya sea económica, social u otras (previamente aprobadas por el Parlamento), influirán en nuestras vidas irremediablemente.
Todo ello viene a cuento porque la izquierda en España no acepta ni tolera las discrepancias y puntos de vista diferentes, que muchos españoles tenemos con respecto a la mayoría de las decisiones que está tomando el actual gobierno de izquierdas.
Si en España tuviéramos una democracia auténtica y respetuosa, las diferentes opiniones de los partidos políticos que conforman actualmente el arco parlamentario, serían escuchadas, respetadas y debatidas sin el menor escrúpulo.
No es así lamentablemente. La izquierda en España es destructiva, sí, lo repito y añado: destructiva y corrosiva. Sólo existe su VERDAD y la oposición -a juicio de esa misma izquierda-, no tiene derecho a opinar, ni discrepar, ni tan siquiera representar a muchos millones de españoles.
Esa es nuestra izquierda democrática. Ese su concepto de libertad (con minúsculas)-. O piensas como yo o te conviertes de inmediato en un retrógrado antisistema.
Basta ya de engaños. Hagamos un uso responsable de nuestra libertad democrática y enviemos a esta izquierda a la OPOSICIÓN y si fuera posible al mismo infierno.