Una vivencia confusa
Antecedentes
Días atrás, en concreto el 1 de febrero, fui a urgencias por un problema en mi rodilla derecha, pero esto no es lo relevante sino la interacción que tuve con el especialista, de la que hago síntesis como antecedente de las dudas e inquietudes que, de ella, se derivaron. Aclaro que antes de escribir estas líneas, he dedicado un tiempo a pensar en aquella vivencia y, también, a cambiar opiniones con personas que merecen mi más profundo respeto.
Resumen de la interacción citada
El traumatólogo me recibe con la corrección y el distanciamiento propio de algunos médicos. Nada especial. Él me indica que me siente y mira cierta documentación. Y, sin ninguna otra cortesía, se establece el siguiente diálogo (en este punto debo recordar que asisto a ‘urgencias’ con un problema en mi rodilla: dolor intenso que, sin impedir mi desplazamiento, no me deja caminar doblando la pierna afectada):
–Médico: ¿Fuma?
-Yo respondo: No.
–Médico: Ha tomado algo para el dolor?
-Yo respondo: Ibuprofeno.
–Médico: ¿Vacunado de ‘COVID’?
-Yo respondo: No.
–Médico: Debería vacunarse.
-Yo respondo: Ya he pasado esa infección y, hace un mes, la gripe. En consecuencia, no pienso hacerlo.
–Médico: Pues eso es señal de insolidaridad.
-Yo (sorprendido y algo molesto en mi fuero interno) respondo: Mi médico de cabecera me ha recomendado que no ve necesario ni aconsejable que me vacune.
–Médico: Pues yo le aconsejo que se vacune por prevención y solidaridad.
-Yo (algo amoscado, pero calmado) respondo: Sinceramente, doctor, perdone mi sinceridad, pero no me voy a vacunar porque mi sentido común me aconseja que deje que la vida siga su curso.
–Médico: Y yo, que soy médico, le aconsejo que se vacune.
-Yo (absolutamente sorprendido) respondo: Debo preguntarle que, dada mi postura respecto a la vacuna, tengo dudas sobre al trato que dará al asunto de mi rodilla.
A partir de aquí, la acción se centra en mi rodilla, y, tras comprobar los grados de libertad de la zona afectada (yo hubiera hecho algo similar con una trócola de una máquina) sin ninguna pregunta relacionada con mi peso, dieta, ejercicios, etc. Se acerca al ordenador y escribe cosas que eran de suponer y EN LÍNEA APARTE ESCRIBE: ‘NO VACUNADO CONTRA SARS COV 2 POR DECISIÓN PROPIA.
Inferencias:
Tanto cuando estaba en activo como, ahora, jubilado hace tiempo, resultan de mi interés asuntos de ingeniería en general y, muy especialmente, por pura curiosidad intelectual, los temas relacionados con la bioingeniería. Por esta razón considero inconcebible que un licenciado en medicina ignore que las ‘vacunas contra ‘sars cov 2’ no inmunizan, ni protegen ni impiden que el ‘vacunado’ trasmita la enfermedad y, lo que es aún más grave, la tal ‘vacuna’ es fuente fecunda de gravísimos trastornos a corto plazo e incalculables a medio y largo. Esto, hoy por hoy, ya es de dominio, tanto para ‘tirios como troyanos’. Por tanto…
Conclusión: El doctor que me atendió y al que he hecho referencia algo más arriba, ante su insistencia por convencerme de la conveniencia de ‘vacunarme’ y el gesto de solidaridad que supondría que lo hiciera -para lo cual no dudó en apelar a su ‘auctoritas’ como médico-, yo, el autor de este breve escrito, tras meditarlo con la gravedad que requieren los hechos graves, considero:
a) EL TAL MÉDICO NO LO ERA (cosa inconcebible);
b) AL DOCTOR SE LE ‘FUE LA PINZA’ DURANTE LA CONSULTA (cosa que le puede pasar a cualquier humano);
c) EL DOCTOR ERA UN NESCIENTE INDOCUMENTADO (cosa poco probable, que produce pavor );
d) EL MÉDICO EN CUESTIÓN ERA UN DELINCUENTE, YA POR DINERO YA POR MIEDO A LA CADENA DE MANDO.
e) Y esta es la más espeluznante: EL MÉDICO ES UN ASESINO ABDUCIDO POR LAS TESIS SUBYACENTES EN EL ‘AGENDA 2030’.
Comentario final:
La última conclusión, marcada como e en el párrafo anterior, es la que sugiero sea pensada con detenimiento, ya que, lamentablemente, la lógica lleva a pensar en la existencia de una red de asesinos, ejecutores conscientes algunos, indirectos (como sería el caso de ‘mi médico traumatólogo’), que está extendidísima por toda la sociedad, ya por dinero ya por ignorancia, dispuesta a ‘corregir’ el incremento de seres humanos en el planeta.
Preguntas:
¿Seguro que esta posibilidad, a la vista de los hechos objetivos disponibles, es despreciable? Y, si no lo fuera ¿Cómo habría que defenderse? ¿Alguien estudia asuntos como el que apunto o simplemente dejamos hacer hasta ver adónde vamos?
Me parece tan terrible que un médico, de la especialidad que sea, ponga por encima de cualquier urgencia su opinión propia de la vacunación, que aun teniendo una enfermedad gravísima da repelús de acercarse a cualquier centro sanitario.
Es de poca profesionalidad, de poca coherencia, de ser un mamarracho al servicio del sistema y no de la medicina. ¿Delincuente? Es duro pensarlo así, pero poco a poco la sociedad lo está viendo y cambiando su parecer. Queda un largo camino, pero espero que poco a poco quede despejado a lo necesario, vivir.
Gracias por el comentario y, sí, pero, y si no fuera algo muy terrible, sino mucho peor: lo hacen adrede como parte de un plan. Y sí fueran asesinos convencidos de hacer un bien a la humanidad según su visión de las cosas: eliminar humanos para el bien de los supervivientes.