Nuestro periodismo de investigación no está de servicio, ni se le espera, lo que nos aconseja apoyarnos en el sentido común y dejarnos llevar haciendo caso omiso de prensa, televisión y expertos que a saber al servicio de quien están. Así que vamos a allá.
La ‘desunión soviética’, que ahora se llama de otra forma, pero que siempre ha sido para nosotros simplemente Rusia, es el país de mayor extensión del mundo, de la Tierra. Tiene de todo y mucho en su seno. Entre otras cosas, muy al propósito de este escrito, tiene tantos carros de combata (tanques) como para unir Moscú con Madrid colocando uno pegado al trasero de otro sin dejar un hueco y un ejército de tierra con tantos propios como para hacer lo mismo con soldados de infantería, en cuanto a la fuerza aérea no tengo ni idea, pero debe tener muchísimos. En fin, todo esto es para decir que, si hubieran querido invadir, no Ucrania, sino Alemania o toda Europa, hubiera sido como un chupito de aperitivo. Por tanto, no pretenden invadir, sino cualquier otra clase de conquista que no conocemos, pero que, sin embargo, allá está España con efectivos militares que no suponen obstáculo alguno para unas fuerzas armadas como las rusas. Quiere decirse que allí no pintamos nada excepto que nuestro ‘presi’ Pedro el grande juegue un juego que tampoco conocemos. A esta partida en que nosotros no pintamos nada, se nos unen -una vez más- unos periodistas acobardados, pusilánimes y sin iniciativa, lo que nos lleva a no saber cosas humanas reales de tirios y troyanos escritas por verdaderos profesionales y, por tanto, creíbles. En fin, aquí nos tienen, otra vez, aplaudiendo o haciendo sonar cacerolas al son de una prensa corrompida y alejada de sus lectores naturales. Por último, está el rey, que ya veremos qué hace… o no hace. Mientras, en la frontera sur…
Con todo mi respeto, Antonio, no somos todos los que bailamos a su son (bien aplaudiendo, bien haciendo sonar cacerolas), aunque si seamos todos los que suframos las consecuencias.
Afortunadamente … cada vez mas 😉