

Tal cual como si viéramos una película de risa, así están las cosas en este mundo que más parece el backstage de grabación donde todo es un lio y unos pocos hacen lo que quieren, otros muchos lo que se les dice y los menos lo que buenamente pueden, de acuerdo a su sentido común y su moral (ambos en desuso desde hace ya unos años).
Hace unas semanas se quitaron las mascarillas en interiores. Don Presidente llegó a la conclusión de que ya no eran «necesarias» en base a lo que le debieron decir «los expertos» o en base a lo que más le apetecía o convenía en ese momento (o ambos, apetecer y convenir).
¡Qué alegría!
Sin embargo, esto no puso fin al desconcierto en que llevamos años (ya en plural) sumidos, eso sería muy aburrido.
Y así, aunque las mascarillas ya no son «necesarias», resulta que si trabajas en determinadas empresas, lo siguen siendo. Sí, «necesarias», a juicio de nuevos «expertos» que siendo técnicos en prevención de riesgos laborales, ahora saben también mucho de biología. Asignatura que debe ser muy fácil porque ya todo el mundo sabe mucho de ella.
Lo que no nos queda claro a los clientes, es por qué consideran que son «necesarias»… ¿debemos pensar que sus lugares de trabajo son más inseguros que un centro comercial, un cine o un gimnasio?
Seguramente la mayoría de ciudadanos ya se han inmunizado, en este caso de verdad y para siempre, frente a tanta tontería y, agotados, pasan por alto tamaña tomadura de pelo.
Pero no todos, todavía hay esperanza, y entre esos pocos (los menos) que siguen teniendo su sentido común intacto y son, además, coherentes con lo que piensan deciden dedicar unos minutos de su tiempo a construir en positivo un mundo mejor.
Pequeños actos, realizados por gente pequeña, suman el cambio que queremos en el mundo:
Adjunto la reclamación que una lectora del periódico y amiga escribió en un supermercado de reconocido renombre, gracias a la cuál el supermercado se dio cuenta de que a estas alturas, lo único que consiguen imponiendo la mascarilla obligatoria a sus empleados es hacer pensar a sus clientes que quizá no sea el mejor lugar para comprar.
Valiente nuestra lectora. Gracias por tomar acción.


si, otro gesto positivo es publicarlo en el periodico, bravo también por tí.