

Vaya vaya, que pillines, resulta que ellos (que el día de la maratón se sintieron ellas) no tuvieron escrúpulos en aprovechar el absurdo infinito de la ideología de género para ser los mejores compitiendo contra ellas (las que biológicamente son féminas).
¿Quiere esto decir que ellas, las que se sienten mujeres porque nacieron mujeres son peores que ellos, los que se sienten mujeres aunque nacieron hombres, en una maratón? Hmmm…
En vaya berenjenal me acabo de meter. Bueno en realidad no, tan solo tengo la audacia de pensar: ¿Habrá también alguna mujer que desee sentirse hombre para competir contra los hombres en una maratón masculina? Cuando lo vea, quizá llegue a la conclusión de que esta ideología de género es buena para ambos: hombres y mujeres. Y si ese caso llega a suceder, y la mujer que se siente hombre gana a todos los hombres que se sienten hombres, entonces la siguiente pregunta será: ¿Qué sentido tiene hacer maratones masculinas y femeninas si los rasgos físicos no son importantes en los deportes ya que lo único que se tiene en cuenta son los sentimientos?
En fin… como una madre cualquiera, veo claramente que mi hija (que es una atleta) estará en inferioridad de condiciones en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo contra un hombre (que también esté en forma claro) por pura biología.
No lo digo yo, simplemente es así. Y obviarlo es poner a una mujer en riesgo de manera innecesaria. A no ser que sea esto, precisamente, lo que se quiera conseguir.
Pienses lo que pienses y sientas lo que sientas, seguramente estés de acuerdo conmigo que esta foto encaja perfectamente en nuestra sección de «Crónicas del Absurdo».
Para contrarrestar ese efecto chirriante en nuestras neuronas, os dejo con una imagen mucho más relajante…

