Ya resuena ¿no lo oís?


Qué años tan oscuros aquellos en que el poeta se quedó sin palabras y el músico no encontró las notas ¿Quién nos hará sentir la belleza y la alegría de vivir? ¿Y, los pintores, dónde? Sin duda, estamos en una pausa creadora de la que surgirán nuevos espíritus sensibles y libres de toda cortapisa. No observas, tú lector, cómo empiezan a sonar las notas de un nuevo Ave María lleno de sensibilidad en el que, tal vez, resuenen los timbales de la cueva ancestral… Sí, yo los oígo allá en la lejanía…