El decoro de mis años
Tocaron a mi puerta -una vez más- y enseguida abrí: eran todos ellos juntos, los 48, deseosos de pasar a casa. Es innegable que lucían muy bien en su individualidad…
El presente del mañana
Tocaron a mi puerta -una vez más- y enseguida abrí: eran todos ellos juntos, los 48, deseosos de pasar a casa. Es innegable que lucían muy bien en su individualidad…